Con cierta frecuencia tendemos a confundir la estrategia corporativa con la estrategia de negocio. Sin embargo, entre estas dos estrategias coexisten grandes diferencias.
Estrategia corporativa: aborda todo el ámbito de una empresa enfocándose en los mercados a los que se quiere ingresar y los negocios con los que se quiere competir. Por consiguiente, la estrategia corporativa se ocupa de la visión, la misión y el alcance del negocio en su afán por dar complimiento a las expectativas de todas las partes interesadas, para lograr alcanzar y optimizar un mix de unidades de negocio, integrar operaciones y encontrar sinergias entre ellas, que finalmente permita el éxito de la empresa en su conjunto en el largo plazo.
La estrategia corporativa plantea preguntas como ¿en qué sector o industria debe competir la compañía? ¿cuál será la cobertura geográfica? ¿cuál será nuestro nivel de diversificación?, etc.
Estrategia de negocio: aborda una sola área del negocio enfocándose en cómo una empresa planea competir en un mercado, y ayuda a guiar el proceso de toma de decisiones para la contratación y la asignación de recursos. En consecuencia, la estrategia de negocio se hace cargo de las decisiones estratégicas vinculadas con la selección del producto, la ventaja competitiva, la experiencia y fidelización del cliente, entre otras, con el propósito final de aumentar las ganancias operativas de la compañía.
La estrategia de negocio responde preguntas como ¿cuáles son nuestros recursos y capacidades para desarrollar una ventaja competitiva de la unidad de negocio? ¿cómo ajustar la estrategia de negocio a los cambios en las necesidades, gusto y preferencias del mercado objetivo?, etc.