Sin duda el escenario publicitario ha cambiado. Según Statista (2021), “el tiempo promedio diario dedicado a los medios digitales es ahora de casi 8 horas contrastando con la publicidad tradicional (televisión, radio, periódicos y revistas), que es de solo 5,5 horas con una tendencia anual decreciente.”
En el ámbito de lo ambiental, social y comercial, un reciente estudio de Accenture (2020) concluye que “los consumidores han evolucionado dramáticamente pues el 60% dijo haber realizado compras más respetuosas con el medio ambiente, sostenibles o éticas desde el inicio de la pandemia.” Complementariamente, el 65% de los encuestados globales por Ipsos Mori (2020) dijo «que es importante que el cambio climático sea una prioridad en la recuperación económica después del coronavirus.” Todas estas cifras vienen a reforzar los resultados de la encuesta de Eco Friendly (2018) donde “el 48% de los consumidores estadounidenses señalaron estar dispuestos a cambiar sus hábitos de consumo para salvar el medio ambiente.” En este nuevo escenario post-pandemia es trascendental responder la siguiente pregunta:
¿Cómo haremos publicidad en un entorno ambiental, social y comercial post-pandemia?
La respuesta parece estar en tres factores claves que emergen con la nueva normalidad, siendo estos:
- Estrés ambiental: la evidencia del cambio climático está a la vista de todas y todos. Es así como cada día vemos más consumidores ambientalmente conscientes y demandantes de productos sustentables. La nueva publicidad tiene el enorme desafío de enseñar y promover el consumo responsable con el medio ambiente.
- Estrés social: mostrar y practicar la equidad, diversidad e inclusión es esencial en el nuevo escenario. La equidad, diversidad y la inclusión son tres palabras demasiado relevantes para las nuevas generaciones de consumidores (Millennials, GenZ y GenAlpha).
- Estrés comercial: el consumidor está estresado y poco tolerante,por lo que es imperativo desarrollar estrategias virtuales de comunicación más centradas en el ser humano. De forma paralela se deben diseñar experiencias digitales fluidas, útiles, personalizadas y con una ejecución impecable. No hay espacio para errores ni incongruencias entre lo que se dice y se hace. Los nuevos consumidores están recurriendo y premiando con su compra a las marcas verdaderas y realmente confiables.
Toda la evidencia expuesta aquí, indica que la publicidad del futuro será principalmente digital y estará centrada en encontrar un sano equilibro entre lo ambiental, lo social y lo comercial.