Los avances en tecnologías 6G y de chips implantados en el cerebro humano, están abriendo la puerta hacia la comunicación cerebral entre la persona y sus dispositivos tecnológicos.
Para Pekka Lundmark actual presidente y director ejecutivo de Nokia, 2030 será un año en el que las redes móviles 6G entren en funcionamiento y el teléfono inteligente versión 2023 dejará de ser la interfaz más utilizada. Muchos de estos dispositivos terminarán siendo incorporados directamente a nuestros cuerpos.
¿Cómo está sucediendo todo esto? El 30 de noviembre de 2022, Elon Musk señaló que espera que en seis meses un dispositivo inalámbrico desarrollado por su compañía de chips cerebrales Neuralink comience las pruebas clínicas en humanos. ¿Cuáles son los primeros objetivos de esta revolucionaria iniciativa? De acuerdo con Musk en CNBC, “dos de las aplicaciones de la Neuralink tendrán como objetivo restaurar la visión, incluso para las personas que nacieron ciegas, y una tercera aplicación se centrará en la corteza motora, restaurando la ´funcionalidad de todo el cuerpo´ para las personas con médula espinal amputada.” Confiamos dijo Musk, “en que no existen limitaciones físicas para restaurar la funcionalidad de todo el cuerpo.”
Todo lo anterior va sobre la línea de lo que ya señaló el mismo Musk el 8 de abril de 2021 en su cuenta oficial de Twitter. “El primer producto de Neuralink permitirá que alguien con parálisis use con la mente un teléfono inteligente más rápido que alguien que usa los pulgares.”
Las señales son claras. Habrá que prestar mucha atención a los avances en 6G y chips cerebrales, dado que, sumadas ambas tecnologías tienen todo el potencial para generar disrupción en las comunicaciones.