La computación cuántica tiene todo el potencial para modificar la forma en que procesamos la información y resolvemos los problemas. Por estas dos razones, esta tecnología es considerada una de las más disruptivas de todos los tiempos.
Gracias a la superposición y al entrelazamiento cuántico las computadoras cuánticas pueden desarrollar una potencia de cálculo en extremo superior al mejor computador convencional de la actualidad.
Así mismo un ordenador cuántico puede resolver en pocos minutos problemas de alta complejidad en las que un computador convencional tardaría años, incluso cientos y miles de años.
Y por si todo esto fuera poco, la seguridad de los datos se ve garantizada con la criptografía cuántica, ya que esta puede hacer que las transmisiones de datos sean prácticamente inmunes a los ataques.
Dadas las características de las computadoras cuánticas que se basan en las leyes de la mecánica cuántica que gobiernan la escala atómica y subatómica de la materia, es que la tecnología cuántica se perfila como un poderoso agente disruptor de todo tipo de industrias, puesto que puede acelerar el desarrollo de tecnologías exponenciales tales como: inteligencia artificial, nanotecnología, nanorobótica, internet de las cosas, blockchain, computación en la nube, entre otras.
Con todo esto, la computación cuántica incluso puede convertirse en nuestra mejor “arma” contra el cambio climático, “al acelerar el descubrimiento de catalizadores de CO2”, tal como lo señala Marc Fischer en Forbes.
Por lo tanto, existen razones suficientes para considerar a la disrupción cuántica como el inicio de una nueva era, la era cuántica, que deja atrás a la era digital y por sobre todo a la era analógica.